martes, 4 de septiembre de 2012

UNA LECCIÓN DE HUMILDAD DE LA MANO DE UN NEUROCIRUJANO: EL DOCTOR JOSE MANUEL CABEZUDO ARTERO

Nos corresponde a los ingenieros civiles aprender de los biomecánicos, a ser respetuosos con los elementos sobre los que hay que intervenir, a contener la soberbia de un conocimiento reciente, a observar la historia de toda la construcción de la humanidad con templanza, humildad y ojos analíticamente observadores.


UNA REFLEXIÓN DE MANUEL FORTEA

FOTOGRAFÍA DE UNA COLUMNA VERTEBRAL QUE FUE REPARADA. SE PUEDE OBSERVAR LA PRÓTESIS QUE HA ROTO ANTES QUE EL HUESO, ESE ES EL TEMA DE REFLEXIÓN: EL PORQUÉ DE ESA ROTURA, QUE NO SE HA DADO POR CASUALIDAD, SINO QUE ERA LO QUE SE BUSCABA ANTE UN ESFUERZO CRÍTICO. LAS REPARACIONES DE EDIFICIOS HISTÓRICOS CON REFUERZOS CUYA RESISTENCIA ES LA MÁXIMA POSIBLE HAN PERJUDICADO A DICHOS EDIFICIOS EN UNA MEDIDA MAYOR DE LA QUE SE PUDO PREVER.

Los modelos biológicos, individuales y colectivos son todos arquetípicos, se han mostrado siempre como los ejemplos más cercanos a la perfección para ser imitados por la ingeniería, la física o la misma filosofía en la búsqueda de mecanismos o voluntades subyacentes a los fenómenos, y esas maneras de ver la Naturaleza han creado escuela en muchas ocasiones, especialmente en el idealismo alemán e incluso durante el siglo XVIII al XX, cuando las ciencias fueron siendo cortadas en trocitos con vida propia que se separaban de un tronco común. 

Manuel Fortea nos muestra en estas sencillas reflexiones el daño que la falta de humildad puede hacer en nuestros cuerpos y en nuestro patrimonio. La ética se presenta en sus palabras como una necesidad vital en nuestros tiempos; y quien dice ética dice humildad, por eso he creído oportuno incluir sus sabias reflexiones en esta página sobre "el papel de la arquitectura y el urbanismo en la resiliencia sísmica de las ciudades".

La palabra "Geología" por ejemplo fue utilizada por primera vez por Jean-André Deluc en 1778 e introducido como un término establecido por Horace-Bénédict de Saussure en 1779, aparece entonces como una disciplina científica ya desligada del tronco de las ciencias naturales y con identidad propia. Pero ya había piedras y montañas, glaciares y volcanes. Más tarde la cristalografía, la geotecnia, la sedimentología, la sismología, la mecánica de suelos, la bio-ingeniería, hacen lo mismo, y se encuentran en su actividad de forma tangente o secante con otras provenientes de campos como la ingeniería, las matemáticas, la biología o la física. La ingeniería sísmica y la Arquitectura se encuentran, desde hace muchas décadas y cada vez más, pero mantienen cierto recelo, en lo posible se evitan desde que se encontraron.

Desde finales del siglo XIX y principios del XX, aparecen sin embargo una serie de disciplinas que siguen el camino contrario a ellas, integran, en vez de desintegrar; tal es el caso por ejemplo de la ecología que aglutina palabras como Biosfera; concepto que debemos a Vladímir Vernadsky, también enseguida adoptada por Teihard de Chardin, hablan de ello como una esfera física geométrica a la par que no pierde la partícula "bio" referente a la vida, es más, Teilhard ya habla de "noosfera", un término aún más desgarrador por la fuerza física y espiritual que encierra una esfera del conocimiento inherente a la vida más consciente: la humana. También así se dan la mano la ingeniería sísmica y la neurocirugía, es lo que nos muestra Manuel Fortea, ¿pero ellas lo saben?

La tercera revolución urbana, empresarial, social, cultural, artística, ¿climatica?, deberá ser ética, se nos va la vida en ello y nos lo dicen los sabios.  Algunas cosas se hacen reales, presentes, evidentes, no por su presencia, sino por su ausencia, por el hueco, por el vacío que dejan. Es el caso de la muerte de un ser querido, o el negativo de un fósil, que nos permite desvelar detalles de su existencia, cuestiones sobre la movilidad, el alimento, las características físicas, reproductivas, ambientales, del ser que quedó plasmado en el barro, hoy roca. Tal es el caso de la ética en nuestro mundo global. 

Este nuevo paso holístico no será algo aparte, no será una nueva disciplina, sino un compendio de reglas de sentido común que nadie, como el respirar o el comer, verá como un adorno u obligación, sino como una nueva parte del mundo o del ser humano, dos entidades a las que cada vez es más difícil separar y poner límite o frontera. Ese nuevo impulso ético impregnará la vida como lo hace la atmósfera, palabra usada por vez primera en 1677 por Scheele a partir de los experimentos de Torricelli que desde 1644 realizaba. Fueron "sus descubridores", lo cual no quiere decir que los seres humanos antes de Torricelli no respiráramos.

Antonio Aretxabala Díez        


1. INTRODUCCIÓN: LAS PRÓTESIS ÓSEAS Y LA INGENIERÍA BIOMECÁNICA


UNA ROTURA DE PRÓTESIS LUMBAR



Las prótesis óseas que se implantan en el cuerpo humano están fabricadas, desde el punto de vista biomecánico, con una limitación intencionada de su máxima capacidad de trabajo tensional.

Es la consecuencia de haber priorizado los intereses del paciente por delante de la potencia mecánica de la pieza a implantar.

Es preferible que ante un esfuerzo excepcional rompa la prótesis antes que el hueso del paciente. La pieza artificial se puede reponer nuevamente, el hueso no.

El ingeniero biomecánico de prótesis óseas tiene una visión global del problema a resolver proponiendo la instalación de una pieza para mejorar el comportamiento estructural del cuerpo humano, considerando las consecuencias de situaciones excepcionales.






La humildad de este ingeniero le lleva a estar dispuesto a sacrificar su propia pieza en beneficio del paciente. Está conscientemente preparado para soportar que le acusen de fabricar una pieza endeble, porque contestará con satisfacción que es preferible que se rompa la pieza a que colapse el hueso insustituible del paciente.


2. LA INGENIERÍA CIVIL Y LA OBSESIÓN POR GARANTIZAR LA MÁXIMA DE LAS RESISTENCIAS, EL EJEMPLO DE LA IGLESIA DE SANTIAGO DE LORCA


El ingeniero civil, en su obsesión por garantizar la estabilidad de los edificios y construcciones, prefiere utilizar materiales y piezas cuya capacidad de trabajo sea la máxima posible sin limitación alguna. Este planteamiento puede ser aceptable cuando se construye “ex novo”, pero cuando se trata de una reparación o restauración el asunto es diferente. 

Estamos en una situación similar a la del ingeniero biomecánico con sus prótesis óseas. Intervenir en una estructura existente, implementándole prótesis nuevas.

Las estructuras de fábrica (ladrillo o piedra), sin prótesis extrañas tienen un comportamiento muy noble y muy predecible. En las fotos se ven los contrafuertes de la misma iglesia (sin añadidos extraños), los de la fachada sur y los de la fachada norte. Todos han roto igual.
SE RESTAURÓ CUBIERTA E INTERIOR 1994-95




La primera garantía de éxito en ambos casos es garantizar la compatibilidad, pues de lo contrario cualquier elemento (cuerpo humano o construcción) tiende a desprenderse de cualquier cuerpo extraño, rechazándolo violentamente.

Los terremotos ocurridos recientemente en España e Italia han evidenciado con suma crudeza este hecho.

Nos corresponde a los ingenieros civiles aprender de los biomecánicos, a ser respetuosos con los elementos sobre los que hay que intervenir, a contener la soberbia de un conocimiento reciente, a observar la historia de toda la construcción de la humanidad con templanza, humildad y ojos analíticamente observadores.







En esta fotografía se puede ver la plancha de hormigón armado colocada sobre la tablazón de madera antigua. La superrigidez de esta pieza, sumada a su excesivo peso ha sido la causa principal de un colapso tan extenso y completo. Recordemos que ésta fue la única iglesia que colapsó en Lorca.
En esta línea estoy trabajando sobre las estructuras de fábrica. Repararlas y reforzarlas con materiales y técnicas “compatibles”. Ya es una evidencia que las prótesis “superresistentes” implantadas en edificios históricos han ocasionado más perjuicios que beneficios.

A la luz de estas reflexiones surge un producto elaborado por Kimia en Italia, con las indicaciones o sugerencias que les hice, basadas en dichas observaciones. Se trata de un mortero de cal hidráulica natural con unas características similares a las fábricas, tanto mecánicas (resistencia y densidad) como químicas (ausencia de cemento y otros compuestos elaborados).


Seguiremos hablando en Lisboa, Manuel Fortea    

EL DOCTOR JOSE MANUEL CABEZUDO ARTERO EN ACCIÓN

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